Baní, capital de la provincia Peravia en la República Dominicana, se distingue por su clima cálido y seco, así como por una geografía diversa que abarca desde llanuras costeras hasta elevaciones montañosas. A continuación, se detallan las características climáticas y geográficas de la región.
Baní presenta un clima de bosque seco, con temperaturas que varían entre 18 °C y 30 °C a lo largo del año. Los veranos son largos y cálidos, mientras que los inviernos son calurosos, secos y mayormente despejados.
La precipitación anual promedio oscila entre 500 y 1000 mm. Las lluvias se concentran principalmente en los meses de mayo y octubre, correspondientes a las estaciones de primavera y otoño. Durante el resto del año, especialmente de diciembre a abril, predomina la estación seca.
La ubicación de Baní al sur de la Cordillera Central limita la entrada de vientos húmedos del norte, contribuyendo a su clima seco. Sin embargo, la humedad relativa puede alcanzar niveles altos, especialmente durante la noche, con valores que oscilan entre el 74% y el 89%.
Baní se encuentra a 65 km al sur de Santo Domingo y a 5 km al norte de la costa del mar Caribe. Limita al norte con San José de Ocoa, al este con San Cristóbal, al oeste con Azua y al sur con el mar Caribe.
El Llano de Baní es una franja de tierra larga y estrecha en la porción sur de la provincia, caracterizada por pequeñas elevaciones o mogotes de rocas calizas en forma de cono, resultado de procesos erosivos del viento.
Al norte, se encuentran elevaciones como las lomas de La Barbacoa y Valdesia, con alturas superiores a los 1,700 metros, y áreas protegidas como el parque nacional Padre Luis Quinn.
La vegetación predominante es xerófila, adaptada a condiciones secas, incluyendo especies como guayacán, bayahonda, cambrón, baitoa, cactus y guazábaras. Destaca el guano de Baní (Coccothrinax spissa), una palma endémica de la zona.
La provincia es atravesada por los ríos Nizao, Ocoa y Baní, fundamentales para la agricultura y el abastecimiento de agua. Sin embargo, enfrenta desafíos como la escasez de agua potable y la deforestación en las cuencas hidrográficas.
Baní ofrece un entorno climático cálido y seco, con una geografía que combina llanuras costeras y elevaciones montañosas. Estas características hacen de la región un lugar único para la agricultura, el turismo y la conservación ambiental.